domingo, 30 de noviembre de 2008

jueves, 27 de noviembre de 2008

Correfoc



El correfoc convoca a la magia y la ensoñación en un ritual de ruido y color, olor a polvora y música acompasada, diversión, emoción y temor. Todas estas pequeñas cosas suceden en un correfoc.
Recordamos la niñez y disfrutamos como niños. Gente alegre corriendo bajo las chispas, en una especie de bautizo de fuego y contacto con el ser atávico que llevamos dentro. Danza pagana primigenia que evoca lo desconocido y remueve los recuerdos y aviva la novedad en otros casos.
Disfrute en resumidas cuentas de una noche de ruido, pólvora, chispas y diversión.

sábado, 15 de noviembre de 2008

martes, 4 de noviembre de 2008

Poema.


En lo alto del valle,
en lo profundo de la montaña,
en la sonrisa de una lágrima,
en el llanto de una mirada,
encuentro a faltar tu presencia.
Observo tu ausencia en mi mirada,
tan torva, tan ausente.
Pincel que pinta de colores
toda la gama
de mis expresiones.
Estás. Y no te veo.
Eres. Y sólo te presiento.
Laberinto cotidiano
de sueños anhelados,
busco por donde no estás,
escapas por donde no voy.
Desencuentro.
Quizás.
Encuentro.
Tal vez.

Balta.

Decisión.


Hubo un momento de indecisión. No sabia si volver a retomar la mirada. Estaba allí, con la cabeza bajan no sabiendo si lo que había visto era cierto. Era temprano y tenia sueño pero la sensación había sido tan real.
Se armó de valor y se miró otra vez al espejo. Efectivamente, ese hombre que aparecía allí era él.
Qué había pasado? No era el chaval de siempre, era un hombre mayor el que asomaba. Sus ojos, sus propios ojos, por primera vez lo reconocían así.
No puede ser que haya pasado tanto tiempo, que lástima, como se estropean los cuerpos.
- Me siento vital todavía. –se decía.
Bueno, algunos achaques empezaba a notar, pero nadie es perfecto, se decía a modo de justificación.
Es cierto que la ley de la gravedad, según pasan los años, cada vez es más grave, a las mujeres se le empiezan a caer cosas de la cintura para arriba y a los hombres de la cintura para abajo, pero no podía ser, él aún era joven, o al menos eso creía hasta hace poco.
Acabó la reflexión, se echó agua a la cara y se secó despacio, muy despacio con la toalla.
Tocaba recapitulación de todas las cosas que tenia pendientes por hacer. Eran tantas, que pereza!.
Extendió la toalla de baño por el suelo y con gran resolución se quitó el pijama y el boxer y se tumbó en el suelo. Boca abajo apoyó las manos en el suelo y efectuó tres flexiones, tres, con lo cual , satisfecho, se dijo.
- Lo he conseguido!, Ahora tengo que ir por las demás cosas pendientes.